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Veracruz, en sus casi 500 años de existencia, tiene en su haber un sinfín de historias, relatos y
leyendas que son parte de su acervo cultural, aquí les presentamos algunas de ellas y si conoces otras envialas y
las publicaremos aquí.
1.- Leyenda de la Condesa de Malibrán
2.- Leyenda de la mulata de Córdoba.
3.- La leyenda de Chucho el roto.
Se cuenta que a principios de siglo XIX, el puerto recibió una visitante muy singular, que causó curiosidad y admiración por
los locales; ella llegó acompañada de lujo, se sabía que era esposa de un Conde español que frecuentemente se ausentaba
de casa por prolongados viajes de negocios; su casa era grande y lujosa y por la ubicación de la misma, fue conocida como la Condesa de
Malibrán, pues se cree que los terrenos que ocupaba la casa eran parte de un rancho y un panteón con el nombre de Malibrán y
que ahora son las calles de Lafragua y Malibrán.
A Veracruz llegaban continuamente embarcaciones de varias partes del mundo y atraída por esta oportunidad, la Condesa de Malibrán se
dirigía hacia los muelles, para buscar a algún visitante que fuera de su agrado y así, invitarlo a su casa para departir con
ella en alguna de las fiestas fastuosas que hacía en su mansión cuando su esposo se encontraba fuera. Se dice que las fiestas eran muy
animadas, que se invitaba a muchas de las personalidades de la élite de Veracruz y que las fiestas duraban hasta el amanecer. Para este
momento, la gente se retiraba a sus aposentos y así, la Condesa podía pasar un tiempo a solas con su acompañante en turno, sin
embargo, esa era la última vez que se le veía a ver al joven.
Mientras tanto, la Condesa seguía intentando tener hijos y visitaba a la bruja, pues creía que tenía un maleficio y deseaba que
ella se lo quitara. Un día, por conducto de esas hechicerías, logro embarazarse, teniendo por resultado el nacimiento de un hijo del
que se dice era deforme y al cual trató de ocultar, manteniendo su vida de fiestas exageradas y amores ocasionales que desaparecían
sin dejar rastro alguno.
Pero como en toda historia, los secretos se saben tarde o temprano y fue cuando el esposo de la Condesa regresó un día, antes de lo
previsto. Para asombro del español, se sorprendió cuando al abrir la puerta, el criado tenía en sus brazos al "niño",
así que el Conde corrió inmediatamente a la recámara de su esposa para encontrarse con otra sorpresa aun más abrupta:
la Condesa estaba en la cama con su amante en turno, un joven que había elegido como tantos otros pero que esta vez moriróa junto con
la Condesa cuando el español, lleno de ira y despecho, clavó su espada en cada uno.
Momentos después, el español ordena al criado que eche los cuerpos del joven y la Condesa así como el del niño a un pozo
lleno de lagartos, ubicado al fondo de la propiedad. El criado relata como él había sido testigo de todas las cosas que hacía
la Condesa, de cómo mataba a sus amantes y de cómo los arrojaba al pozo con lagartos para no dejar huella. El Conde queda horrorizado
y a la vez estupefacto por todas las cosas que oye, por lo que su vida nunca vuelve a ser normal.
Se dice que el buen Conde se volvió loco y que se le veía muy seguido por las calles del puerto gritando fuertemente "justicia,
justicia, y que muera la Condesa de Malibrán".
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Fuente: http://www.turismoenveracruz.mx
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Durante la época del Virreinato, cuando muchas personas moróan a manos de la Santa Inquisición acusadas de brujería
o de prácticas que iban en contra de la religión, vivía en la Ciudad de Córdoba una mujer mulata de extraordinaria
belleza que era hija de padre español y madre negra pero a quien no se le conocía ningún familiar.
Esta mujer a la que todos llamaban La Mulata tenía una belleza tan abrumadora que cualquier caballero que la miraba quedaba perdidamente
enamorado de ella y así, su fama poco a poco fue extendiéndose más allá de la región de Córdoba; la
mayoría de estos gentiles hombres trataron en vano enamorar a la mujer quien siempre mantenía las puertas de su casa cerradas y
rechazaba a cualquiera que intentara acercársele. Por ese entonces, utilizando sólo las hierbas del campo y sin un conocimiento
aparente de herbolaria comenzó a curar a los campesinos de enfermedades que incluso los médicos más renombrados no podían
vencer; pero además de curar enfermedades, era capaz de predecir tormentas y realizar toda clase de hechizos.
Con el tiempo la gente llegó a sospechar de su singular belleza, de la gran facilidad para curar a los enfermos y de su eterna soltería,
así que no tardó en esparcirse el rumor de que La Mulata era amante del diablo, razón por la cual podía curar cualquier
enfermedad además de mantenerse siempre joven y hermosa; hubo incluso quienes afirmaron que si pasaban por su casa durante las noches se
podían escuchar ruidos temibles, llantos, lamentos y que se veían llamas en el interior de su hogar; muchos también contaron
que era posible verla en distintos lugares de Córdoba al mismo tiempo.
Pronto todos los pobladores comenzaron a temerle y los rumores no tardaron en llegar a los oídos del Tribunal del Santo Oficio, donde
decidieron tomar cartas en el asunto, apresarla y conducirla hasta el puerto de Veracruz, donde, después de haberla encontrado culpable de
practicar brujería y mantener pacto con el Diablo, la encerraron en el Castillo de San Juan de Ulúa donde se le preparaba un auto de
fé para sentenciarla a la hoguera.
Pero un día, la Mulata en su mazmorra, le dijo al carcelero que le llevara un pedazo de carbón. El carcelero le dijo que en lugar de
pedirle carbón le rogara al Santísimo por la salvación de su alma, pero seducido por la altiva y hermosa presencia de la
Mulata, le llevó lo que pedía.
Al otro día la Mulata le gritó al carcelero que fuera a ver lo que había pintado en la pared.; este, al ver el velero pintado
en la pared de la cárcel quedó sorprendido de la maestría y el realismo con que había sido pintado el velero; La Mulata,
divertida por la reacción del carcelero le preguntó "¿ Qué es lo que le falta a esta embarcación?". A lo cual contestó
presuroso "Andar". "Pues mira como anda" le respondió la Mulata subiendo ágil por las escalerillas del barco. Todavía se
volvió para despedirse de sus captores con un suave gesto de la mano indicando su adiós. Mientras el galeón desaparecía
ante los desorbitados ojos del carcelero.
Puedes visitar la celda donde estuvo la Mulata cuando visites el castillo de San Juan Ulúa.
Fuente: http://mundosoniricos.foroslatin.com/t23-la-mulata-de-cordoba-leyenda
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Jesús arriaga, alias "Chucho el roto", nació en Santa Ana Chiautempan Tlaxcala en el año de 1858, de oficio ebanista.
Debido a la muerte de su padre, era su deber mantener a su madre y hermana, de esta manera un buen dia llegó a su taller un caballero
distinguido solicitando un ebanista para que examinara una sillería fina italiana.
Así fue que conoció a Matilda, sobrina del caballero, de quien se enamoró y fue correspondido, pero su extracto humilde
ponía una barrera entre los dos debido a la diferencia de clases, sin embargo eso no impidió del todo que Matilda se embarazara de
Jesús y tuvieran una hija, motivo que hizo que don Diego de Frizac mandara a Matilda a Europa para dos años después regresar
con una niña llamada Dolores, de quien decían era adoptada.
Ante tal situación, Jesús decidió robarse a su hija y fue encarcelado; al ser atrapado, fue recluido en la cárcel de
Belem en la capital del país para posteriormente ser trasladado a San Juan de Ulúa en Veracruz, cárcel conocida por sus tormentos
a los reclusos.
En 1885 Jesús se escapó de San Juan de Ulúa, con la decisión de estafar y robar sobre todo a los ricos para ayudar a la
gente pobre, con quienes repartía sus botines, para ello vestía de manera elegante.
En esos días a los ricos se les apodaba "rotos", de este apodo fue que surgió el sobrenombre de "Chucho el roto". Durante diez años
Chucho logró estafar y robar de maneras muy ingeniosas, hasta que fue apresado en Querétaro por el robo a una joyería.
Una vez trasladado a San Juan de Ulúa, Chucho intentó escaparse de nuevo, pero logró su objetivo a medias, ya que fue perseguido
en lanchas y apresado de nuevo, siendo lesionado de una pierna, como resultado de su fuga frustrada el juez lo condeno a 300 latigazos, sin embargo,
Matilde la madre de su hija, se comenta que pagó al verdugo conocido como "el chino" para que aplicara los latigazos de manera tal que no lo
matara, lo siguiente que se sabe es que fue trasladado al hospital Marqués del Monte donde murió en brazos de Matilde, a quien juró
amor eterno.
Murió en Veracruz el 25 de marzo de 1894 a los 36 años de edad, fueron Matilda y Dolores su hija quienes reclamaron el cuerpo.
El féretro fue trasladado a la ciudad de México bajo la custodia de guardias contratados por Matilde, donde se le dio cristiana
sepultura.
Cuando visites San Juan de Ulúa, visita la celda en donde estuvo recluído.
Fuente: http://www.destinoveracruz.com/leyendas/leyenda-de-chucho-el-roto.php
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